Mev y yo
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y En el 2011 conocí a MEV.
A los 16 años nos volvimos mejores amigas, luego ella se fue a vivir a otra ciudad.
Seguimos siendo amigas y a todas sus amigas les gustaba Alfredo, su hermano.
Alfredo era el chico más lindo del colegio,
y su novia Michi Luna era la chica más linda de la ciudad.
En fin, empezamos a ser adolescentes y fumar marihuana.
Nos transformó el feminismo y nos dieron ganas de viajar.
Ella ya había ido a Cuba de chica, siendo "la bisnieta de Guayasamín."
Yo no. Pero tenía muchas ganas de conocer y fotografiar la ciudad de La Habana.
Así que lo organizamos y nos fuimos.
Nos anotamos en los cursos de la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana.
Decidimos viajar en las fechas del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano,
con la promesa de ver al menos dos películas por día.
El 26 de diciembre del 2016, estábamos bailando salsa con cubanos y cubanas que habíamos conocido en nuestras aventuras. Yo bailaba con Yuliano, cuando nos apagaron la música, prendieron las luces y nos evacuaron con urgencia.
Había un silencio incomodo y poca certeza del suceso.
"Se murió Fidel' me dice Yuliano.
Pensé que era una broma y me dio gracia la ocurrencia. Resultó cierto. Mev y yo nos mirábamos sin entender nada.
suceso histórico suceso histórico suceso histórico, era todo lo que decíamos.
Los cubanos y las cubanas no tenían mucho que decir tampoco, nadie entendía.
Nadie celebraba y nadie lloraba. Solo había silencio en medio de la noche.
Pasamos la madrugada en casa, Mev se sentía mal, y yo pensaba que era porque le caía mal Yuliano.
De una forma extraña se fue a dormir, yo dormí en el living con él.
A las pocas horas, como a las 7 de la mañana, llama la puerta una tía de Mev que vivía allá, ya nos habíamos visto hace unos días, llegó sin avisar a darme unos medicamentos que le había pedido. Mev y yo, sentadas con ella en el sillón de la sala entendimos entre titubeos que algo había pasado. Le pedí a Yuliano que se fuera, luego de eso sólo quedó un tiempo condensado, donde yo ayudaba a Mev a hacer las valijas, a guardar cosas, las que entraran, y sin entender bien porqué ni cómo, ella ya se estaba yendo al aeropuerto.
Nos subimos al taxi, en el camino el padre la llamó, Alfredo había tenido un accidente. Alfredo ni si quiera estaba en el hospital, ni en terapia intensiva como suponíamos, fue instantáneo. Mev se desmoronó y yo trataba de despertar, pensé que soñaba, me aseguré que no era un sueño y pensé en la fecha del día. 27 de Noviembre.
Sin más, ella se fue.
Recuerdo su rostro, nuestra abrazo y despedida,
el avión que se iba y yo que volvía a ese departamento vaciado a la mitad, a ver las cosas que se le habían quedado. Los papeles con numeros anotados y el telefono de linea. Sonó el telefono, era mi hermana, yo le dije que estaba bien y lloramos un rato, luego me llamó mi papá y luego mi mamá.
Me preguntaron si quería volver, pero para mí ya no tenía sentido, la vuelta tendría que haber sido con ella, tendrían que haberme cambiado el pasaje y acompañarla, pero fue todo tan rápido, ya no se puede hacer nada.
Entre las calles 23 y 11 había estado tantas veces con ella,
en ese duelo pendiente y extraño despedí a Fidel y a Alfredo,
en su memorial saque muchas fotos de los rostros de cubanos y cubanas sensibilizades.
Yuliano volvió a llamar y me acompaño todo el tiempo que me quedaba,
aprovechó mi soledad y mi desamparo, para entrar a mi cama y a mis retorcer un poco mis sentidos y mi instinto de peligro.
En la fecha del festival que tanto planeamos con Mev, me fui a Pinar del Río con Yuliano, conocí a su familia numerosa en una casa apenas techada. Todo me hacía sentido y me ponía bastante nerviosa. El me sacaba plata de la billetera para pagar cervezas para toda la familia.
Yo le decía que no podía hacer eso y me enojaba, pero ya estaba allí con él.
Sentí miedo, pero también entre en confianza y capturé esos rostros tan intensos.
Al final del viaje Yuliano se despidió de mí prometiendo volver antes de que me fuera.
Antes de irse, se llevó una mochila con cosas mías, se llevó mi disco duro con el material fotográfico de toda mi vida. Y las fotos del memorial de Fidel, que eran muy hermosas.
Nunca más supe nada de él.
A veces sueño con Pinar del Río
Ese lugar que cristalicé y salí perdiendo, que me hizo olvidarme del festival y el resto de las cosas, y luego me dejó un sabor amargo como un maíz podrido.
27 de Noviembre de 2017
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